Desde pequeño, Jorge Fonseca quería ser piloto. Creció en Alvalade y vía los aviones aterrizar todos los días. Realizó su sueño hace unos años, cuando tuvo la oportunidad de conseguir su brevet y comprar su primer avión.
De su infancia conserva recuerdos muy felices: ir a la escuela, jugar en la calle con sus amigos y jugar a la pelota casi todos los días con su padre.
Pero a los 7 años, su compañero de pelota diário, emigró a Toronto en busca de una oportunidad para dar a su familia una vida mejor, dejándolo a él y a su hermano solos con su madre.
Fueron 3 largos años, donde la comunicación se hizo por carta y después, por el ingenio de su padre, a través de cintas de audio. Pero en Nochevieja de 1973 la familia se reunió y estaba lista para enfrentar todos los desafíos que les esperaban.
Creció y se convirtió en un hombre exitoso en Canadá, gracias a un anuncio de un periódico que cambió por completo su vida. Para tras quedaron las dudas y las frustraciones de sus padres, las situaciones difíciles y las complicaciones. Creía en esta oportunidad y avanzó con toda la fuerza de voluntad para trabajar y con toda la fuerza de voluntad para aprender.
En el camino, encontró a la mujer de su vida que lo completaba y le completa todos los días, en todos los sentidos y en todas las situaciones. Tiene tres hijos que lo llenan de orgullo todos los días y dos nietas que son la luz de sus ojos.
Aquí está Jorge Fonseca... 36 años en el negocio, 30 en Portugal y feliz con la vida... ¡Feliz con las decisiones que hizo!"
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